Así como amo la luna que quieta se cuela en mi alma,
así de lejano es este amor que navega en un vació que no existe
por que la soledad es una cruel desgarradura del desafecto.
Amar, es el mejor remedio para estar presente en los demás,
para tener un espacio en los caminos de la vida,
cuando amo pongo a funcionar los rincones mas
olvidados de mi alma y se enciende en mi una luz que me guía por la oscuridad
que aquellos que no me aman dejan a mi alrededor.
Amar es sacudir la puertas del cielo esperando que aquella mano que formo la nada,
golpee mi barro con su soplo y teja en mi corazón una enorme telaraña
donde atrape el amor que fluye de la tierra.
Por que devenir en una figura rota si el amor nos redime,
si el amor nos salva de morir ignorados.
Ademas hay demasiado amor sin ser bebido
por que no es la luz lo que amamos sino la oscuridad,
adonde puede llevarnos esta cerrazón
si de tal modo ignoramos que estamos en el mar del amor
que nos quedamos petrificados en la incomunicación.
O somos concientes,
o nos equivocamos al nacer por que olvidamos
que el verdadero amor nunca lastima al que lo recibe.
La tierra se da a la mano que la acaricia y en un acto de amor
le regala sus frutos por que sabe que el amar es dar,
asimismo el amor se nutre de nuestro amor
y ese fuego se extiende hacia los demás
para cerrar la herida del desamor.