EL PERDON

“Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la Gloria de Dios,” (Romanos 3:23) es importante entender que nosotros como seres humanos nunca seremos dignos a las normas de justicia y santidad establecidos por Dios. De acuerdo a las escrituras Dios puso en el corazón de cada persona una conciencia con la finalidad de poder discernir lo bueno de lo malo (Romanos 2:14-15) pero lamentablemente en el transcurso de nuestras vidas sobre la tierra no siempre escuchamos la voz de nuestra conciencia y caemos en desobediencia y en esclavitud, y como resultado de ella cultivamos en nuestras almas sentimientos de culpa Por que nos sentimos culpables? Por que somos culpables sencillamente hemos quebrantado la ley de Dios, esta es una verdad natural pero de enorme contenido.
En oposición a esta verdad las pensadores del mundo moderno han creado pensamientos donde ratifican que la culpa es solo un resultado de querer satisfacer una norma del bien y del mal que ha sido impuesta, es decir no somos culpables lo que sucede es que estamos educados para que nos sintamos mal con respecto a determinadas conductas y una vez que nos sacudamos de este mal adoctrinamiento estaremos libre de esta falsa culpa. Definitivamente y tal como lo hemos señalado anteriormente la culpa es algo muy real y ninguna teoría por muy refrescante que parezca podrá aliviarla.
Las personas adultas que comprenden esta verdad y vean la seriedad de su pecado pueden sentir un verdadero alivio de la culpa por medio del perdón que Dios ofrece. Por que un cristiano sin culpa, es un cristiano feliz que tiene armonía para vivir, siente que todo es posible, se siente relajado, con bienestar tranquilidad y tiene la potencia de la libertad, entendiendo esta libertad como la capacidad de hacer lo que uno sabe que debe hacer y hacerlo.
Un ejemplo de este comportamiento en le cual la conciencia que puso Dios en nuestro corazón de saber decernir entre lo bueno y lo malo y no escuchar esa voz esta registrado en la biblia en 2 Samuel capítulos 11 y 12. Este es un triste relato de una serie de graves pecados cometidos por el rey David. Cuenta esa historia que estando el rey David en Jerusalén y habiendo enviado a sus generales para que continuaran la batalla contra los amonitas, hallábase el paseando por las terrazas de su aposento cuando a lo lejos diviso a una mujer hermosa, que hallábase bañando ordeno a su súbditos que la trajeran he aquí un primer pecado el de codiciar a una mujer con la cual no estaba casada. Luego concreto una relación sexual con ella, como resultado de esto ella quedo embarazada. David procuro cubrir su pecado hizo venir a su esposo Urias del frente de batalla y animándole para que fuese a su casa para estar con su esposa y de esa forma poder cubrir su trasgresión.Como soldado leal Urias no quiso hacerlo, de modo que David ordeno su muerte en la batalla. El rey pensó que estos pecados no habían sido descubiertos pero Dios vio toda la serie de horribles sucesos y envío al profeta Natan para confrontarlo, como resultado de esta confrontación David confeso sus pecados. El Salmo 51 destaca el dolor la aflicción y el arrepentimiento que abrieron la puerta del perdón divino y el salmo 32 destaca el gozo que es una consecuencia natural del perdón.
Mucho de nosotros tan igual como David tratamos de resolver nuestros pecados escondiéndolos, pensando vanamente que con ello habremos solucionado nuestra culpa, de acuerdo al relato esa fue la forma como David procuro solucionar su culpa creando maniobras para que no fuera descubierto por la gente por todo lo que había echo. Pero para Dios nada esta oculto debajo del sol, Proverbios 15:3 nos recuerda “Los ojos de Jehová esta en todas partes mirando esta en todo lugar, Mirando a los malos y a los buenos.” David a pesar de los esfuerzos que hizo por ocultar sus pecados no pudo huir ni de la realidad ni de las consecuencias de su mala acción, Dios confronto al rey y el tuvo que exponer su pecado. Es importante recalcar que David a pesar de todas las maniobras que hizo por escapar de sus acciones y consecuencias no pudo. Pero cuando declaro su culpa delante de Dios humildemente y con honestidad buscando y hallando el perdón de Dios, el Señor mismo le quito sus pecados. Así como David nosotros podemos vivir en libertad si con corazón humilde y contrito no acercamos a el y le confesamos nuestroS pecadoS, El nos dice “ Si confesamos nuestros pecados el es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” ( 1Juan 1:9)