La Vejez

"Una bella ancianidad es, ordinariamente, la recompensa de una bella vida."
Pitágoras de Samos

Cuando los que están a tu alrededor se comienzan a morir, sientes que has envejecido sin haberte dado cuenta, y es que los años se han acercado a ti como sangre a la herida sin que tu los hubieras llamado. Y empiezas a ver que detrás de cada arruga hay una rodilla doblada que el tiempo no escucha, envejecer es desconfiar de la carne, es cerrar los ojos y recordar que una vez se tuvo placeres y que ahora solo nos sobran los deseos, sentir las mismas ganas pero no poderlos llevar a cabo. A la vejez solo le sobreviven los sentidos deteriorados, se pierden todas las habilidades y todos los cantos que entonamos son canciones olvidadas, la vejez tiene la desnudez de los hambrientos que solo la muerte puede saciar.
En la vejez no hay amigos por que se han ida o están muertos, solo la soledad crece como un hongo que ahoga por que no tienes alternativas de disfrutarlo como cuando tu lo eliges, en la vejes la soledad es uno de tus enemigos. Aunque la vejez es una fase importante del proceso humano, la interpretación que de ella hace el mundo en que vivimos que solo valora lo productivo, hace que los que dejaron de ser fructíferos sean excluidos y dejados aparte conllevando con ello una noción de pérdida y desolación, es como si ellos fueran aislados de la vida convirtiéndose en seres marginales, es un especie de discriminación basado en la edad de las personas. En la vejez la carne se estropea llegándose a deteriorar y si el espíritu no fue adecuadamente alimentado también entra en un proceso de desgaste reuniendo todas las tristezas e inviernos que un ser humano pueda sentir. Si bien la vejez es la antesala de la muerte no debemos olvidar que todas la etapas de la vida de un ser humano están alumbrados por la bendición de Dios y el nos da las herramientas para un discernimiento adecuado de esta edad donde la sabiduría brilla como el oro.
El envejecimiento biológicamente nos va destruyendo y la vida va dejando de tener todo el esplendor de la juventud, para comprender y resistir este proceso necesitamos la suficiente fortaleza espiritual para darle sentido a esta ultima etapa de la vida, decía Pablo Neruda “En la vejez es cuando mas fuerza se necesita y mas débil somos…Si supiéramos cuando empezamos a vivir que llegaremos a ser inválidos y solitarios, escogeríamos morir temprano.” El oscurecer de la vida siempre es penoso en el ser humano si solo lo miramos como perdidas de todas las facultades, pero la sabiduría es una respuesta espiritual a este lapso de la vida por que ella nos vuelve ancianos y no viejos, nos vuelve sabios en la torpeza y nos da la fuerza necesaria para amar la vida cada día con amor y esperar la muerte con dignidad.
Indudablemente que una buena vejez es el resultado de de las habilidades que el ser humano haya desarrollado en su gusto por la vida. Según José Ingenieros “... la vejez no pone flores donde sólo hubo malezas, antes bien, siega las excelencias con su hoz niveladora. Los viejos representativos que ascienden al gobierno después de haber pasado sus mejores años en la inercia o en orgías no merecen la confianza de sus contemporáneos”. Aquel que en su juventud perdió el tiempo es casi imposible que tenga una vejez edificadora, muy por el contrario caerá en la inercia de los años con mayor desesperación y descuensuelo de aquellos que edificaron sobre la roca, en definitiva lo único bueno que trae el envejecimiento es aquello que fuimos capaces de sembrar en nuestra juventud.

En conclusión nacemos para crecer, crecemos para envejecer y envejecemos para morir ese es el ciclo vital de la magia de nuestra existencia, por ello cuando estemos en la calle de la vida no nos olvidemos de mirarlos en los dos sentidos antes de atravesarlo aun cuando la vida solo va en un sentido.